Enrique Merlos
Las mujeres representan la mayoría de la población en los diferentes territorios de El Salvador, pues de los 6.4 millones de habitantes con los que cuenta el país, el 52% son mujeres. Sin embargo, a pesar de ser mayoría; las mujeres tienen pocas oportunidades de participación en espacios de toma de decisiones, lo cual reduce su capacidad de incidir en las políticas públicas que impactan sus vidas. Esto se traduce en una narrativa y experiencia de vida en la que su territorio no es un lugar apropiado para hacer realidad sus sueños y cumplir sus expectativas.
Existen una serie de realidades que marcan los procesos de desarrollo que viven las mujeres de nuestros territorios, entre las cuales destacan: (1) el impacto de la pandemia por COVID-19, (2) la situación económica, (3) la falta de oportunidades, (4) la inseguridad, (5) la violencia intrafamiliar, y (5) el impacto del cambio climático. Esta realidad obliga que muchas mujeres tomen la difícil decisión de migrar de manera ilegal, muchas veces acompañadas de sus hijos e hijas, exponiéndose a una serie de riesgos.
Según datos de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. en el año fiscal 2021 (oct 2020 a sept 2021), más de 98 mil personas fueron detenidas en la frontera sur de Estados Unidos, tratando de ingresar de forma ilegal hacia ese país, que se ha convertido en el principal destino de la migración salvadoreña. Un 46.3% de las personas detenidas eran adultos solos; un 38% eran grupos familiares, y un 15.7% fueron niños solos. En lo que va del año fiscal 2022 (oct 2021 a ene 2022) ya se registran más de 34 mil detenciones.
Cambiar la realidad que viven las mujeres en los territorios, requiere recoger y elevar sus voces, fortalecer sus niveles de liderazgo y promover su participación en los espacios de toma de decisiones; lo que implica un cambio de narrativa tanto en políticas públicas, como en materia de derechos y acciones concretas centradas en las mujeres, para acabar con la marginación y la desigualdad; para garantizar su pleno desarrollo.
Todas y todos los que trabajamos el tema de desarrollo territorial tenemos el compromiso de transmitir inspiración a las mujeres y la convicción, a través de las experiencias creadas en este proceso, de que son agentes de cambio fundamentales para sus comunidades y territorios. Esto requiere la articulación de esfuerzos comunitarios e institucionales, para acompañar iniciativas de cambios individuales y colectivos que siembren posibilidades para cambiar la realidad de las mujeres y, con ello, contribuir a la construcción de una economía más equitativa y con más oportunidades en sus territorios.
Hoy más que nunca es necesario involucrar a las mujeres en procesos de generación de política pública, programas estratégicos y acciones de desarrollo en el ámbito local y territorial; para que éstas puedan satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia, y tener acceso a oportunidades para poder cumplir con sus expectativas de vida. De esta manera se estará acabando con la narrativa de la migración sea la única opción de una mejor vida por la falta de oportunidades en su territorio.
El trabajo con mujeres de los territorios debe estar centrado en sus necesidades, buscando la articulación de actores de diversos sectores como las organizaciones sociales, los gobiernos locales, las instituciones públicas, el sector privado, las ONG, la academia, la cooperación, los migrantes organizados y otros; para impulsar cambios de comportamiento que lleven a una construir una visión de desarrollo territorial incluyente, con perspectiva de género, que les permita a las mujeres participar en la toma de decisiones sobre el desarrollo local y territorial y tener opciones de vida digna para ellas y sus familias.
La teoría de cambio que se necesita en esta nueva realidad para trabajar con las mujeres de los territorios debe ser la siguiente: (1) si las voces de las mujeres son escuchadas y tomadas en cuenta en los procesos de decisión sobre el desarrollo territorial, (2) si se construyen estrategias de comunicación y procesos de fortalecimiento de capacidades para la inclusión económica de las mujeres, (3) si se fortalece la institucional local, territorial y nacional que apoye el desarrollo integral de las mujeres, (4) si se generan esfuerzos para la activación de redes de mujeres en el territorio; en consecuencia, se detonarán círculos virtuosos que sembrarán cambios sistémicos para que las mujeres tengan mayor acceso a oportunidades, fortalezcan su identidad y autoestima, conozcan mejor sus derechos y las herramientas para ejercerlos y puedan mejorar su calidad de su vida y las de sus familias en el territorio.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer para este año 2022, centrado en el tema: “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, enviamos un saludo a todas las mujeres que están impulsando iniciativas de desarrollo en sus territorios.
“No hay territorio sin futuro, lo que tenemos son territorios sin proyecto”.
Este artículo ha sido elaborado el marco del proyecto "Fortalecimiento de capacidades, promoción de espacios de diálogo, concientización ciudadana y comunicación estratégica para impulsar el desarrollo sostenible en El Salvador" implementado por la Red DT y FUNDE con apoyo de Hanns Seidel Stiftung.
Comentários